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Virginia permanece
por María Pérez
En 1941 Virginia llenó de piedras los bolsillos de su abrigo. Esas piedras pesaban más que su pesada tristeza, pesaban más que los días pesados y las mañanas estériles, pesaban más que los libros no escritos que llamaban a las ventanas de su alma.
Virginia permanece, ha llegado hasta nosotras y nos ha atravesado para continuar el camino.
Gracias