GINECEO

por María Pérez

Días complicados. Tiempos oscuros. Ventanas cerradas. Gente construida de sombra. A la mañana le salen heridas y no hay tiempo suficiente para curarlas todas. Lo gris viene a exigir que cumplamos nuestro contrato.

Pero en medio del barro que mancha los días la luz se abre paso, es inevitable y cierto.

Tuve la suerte de conocer a  Javier Aguirre gracias a nuestro común amigo Pepe Gastón –Pepe sí sabía curar todas las heridas y hacer sonreír a cualquier mañana-. Javier y yo compartimos palabras, bullicios, historias y cariño. Javier hizo una grieta en  mi tristeza; me llamó para darme la mano y pedirme poemas y consiguió que yo escribiera en medio de batallas y ruido.

A veces se nos olvida que lo otro no es real, que la vida es esto.

Presentaremos GINECEO el próximo 27 de octubre. Un proyecto impulsado y dirigido por Javier Aguirre, compuesto por sus maravillosos relatos, las ilustraciones geniales de la pintora japonesa de Kumiko y mis poemas.

Lo gris es sólo el reverso, la realidad es esto que habitamos.

Gracias.

Este es  uno de los poemas que han crecido en GINECEO, en breve imágenes de Kumiko y fragmentos de Javier Aguirre.

 

¡Qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!


Juana de Ibarbourou

 

 

Vivir en las ramas

Ser el árbol

Ser  alimento de los sueños

 

Tener raíces

Ser áspera y cierta

desnuda y árida

como la higuera

 

Restaurar la ternura

Combatir el frio

Mantenerse

Resistir

 

Retorcerse

pero no quebrarse

como el olivo

Dar frutos de tristeza

Luchar

 

Vivir en las ramas

Ser el árbol

 

Cobijar la alegría

Hacer un nido

Hundirse en la tierra

Aguantar

Permanecer

 

Tener  alma de árbol

 

Ser el árbol